Beethoven. La máscara del genio




Cuando Beethoven tenía cuarenta y un años, hacia el año 1811, el escultor Klein, uno de los artístas vienenses de moda, realizó la máscara y el busto de Beethoven, para la máscara fueron necesarios dos intentos, debido a que la falta de paciencia del genio, hizo que éste se la arrancara de la cara cuando el yeso aún no había fraguado. Gracias a este trozo de yeso, podemos apreciar la poderosa y ancha frente que fuera comparada con una cobra. Deja ver los profundos surcos que le dejaran la viruela que padeciera en su infancia y el aspecto fuerte de su expresión. La máscara no captura su mirada sombría y fulminante, y su tez que a menudo lucía sin afeitar.
Aquellos que conocieron a Beethoven durante su adultez, aseguran que a pesar de los muchos trastornos que sufría, su aspecto Herculano soportado por sus cortas piernas no mermaban su rapidez y ligereza. 
Mostraba una juventud casi perpetua, a los cuarenta años, aparentaba treinta, alguien predijo que llegaría a "la edad de Matusalén".

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